Tener a alguien a nuestro lado que cuestione nuestras ideas es imprescindible para crecer desde el punto de vista creativo. Pero, ¿qué pasa cuando eres un estudiante de formación online que estás aprendiendo y desarrollando las prácticas sobre los temas del curso en la soledad del hogar?
Como profesores, nos preocupamos por nuestros alumnos, siendo conscientes de los problemas que en ocasiones deben enfrentar los estudiantes en un entorno de elearning, y que eventualmente les pueden llevar al abandono del curso. Ya hemos dicho en otros posts que la manera en que nos esforcemos para que nuestros cursos virtuales minimicen esas dificultades, puede ser un plus que nos diferencie de la competencia y sobre todo incidirá en la satisfacción de nuestros alumnos. Una de las formas de ofrecer ese plus consiste en estimular habilidades importantes para el desempeño de nuestros alumnos, necesarias dentro de nuestros cursos y en su vida real, tales como la creatividad.
También anteriormente hemos definido a la persona creativa como alguien con la habilidad de alcanzar un estado mental de flujo -es decir, un estado de absoluta concentración e implicación con respecto a un reto, problema u objetivo- donde deja fluir sus ideas y las experimenta sin prejuzgarlas. Para comprender esta definición, no hay más que visualizar a un niño jugando: si el objetivo de su juego es salvar a los heridos en una guerra, encontrará la forma y los materiales con los que construir un hospital de campaña.
Ese tipo de habilidad para lanzarse y explorar muchas opciones, es algo que todos los niños saben hacer bien, porque forma parte espontánea de su desarrollo cognitivo normal. Pero, en algún momento entre modelar el mundo con plastilina y confeccionar la candidatura para su primer trabajo, muchos alumnos, desgraciadamente, han recibido el mensaje de que la creatividad es un rasgo especial, poseído solo por unos pocos afortunados. Pues bien, una forma de impulsar a tus alumnos para desplegar todo su potencial en tus cursos, es ayudarles a implicarse en la resolución de problemas, tareas o proyectos con la certeza de que todos somos creativos.
La confianza creativa
Así que, partamos de la base de que todos traemos la creatividad de serie. No se trata de un talento especial que tienen solamente las personas que acaban trabajando en Google o en Apple; sino de un recurso natural para cuyo desarrollo es necesario crear las condiciones adecuadas.
De hecho, por ejemplo, Sir Ken Robinson, mundialmente reconocido como experto en creatividad por su libro «El elemento«, señala que
«Decir que no eres creativo es como cuando alguien dice que no sabe leer. Si alguien te dice que no sabe leer ni escribir, no asumes que no es capaz de leer y escribir, sino que todavía no le han enseñado cómo «.
Lo que sucede es que, según nos hacemos adultos, desarrollamos miedo al juicio. No hacemos cosas por temor al qué dirán. Si nuestra idea no resulta la más creativa, nos van a juzgar, por ello evitamos exponerla.
Aunque parezca sorprendente, está demostrado que este miedo a ser juzgados puede ser transformado en autoconfianza mediante el mismo proceso que se sigue para la curación de las fobias, tal como descubrió y validó durante más de treinta años de experiencia el psicólogo canadiense Albert Bandura -considerado uno de los cuatro psicólogos más influyentes de la historia-. Bandura fue capaz, por ejemplo, de curar en pocas sesiones la fobia a las serpientes de muchas personas, mediante un proceso sistemático pero sencillo. Ponía a las personas frente a un falso espejo que daba a la habitación donde estaba la serpiente y las hacía sentirse tranquilas visualizando eso. Después, tras una serie de pasos, les hacía ir hacia la entrada, con la puerta abierta, y se quedaban mirando desde allí. Hacía que se sintieran cómodos con la situación. Y luego, pasito a paso, entraban a la habitación con un guante de cuero como el de los soldadores, hasta que finalmente tocaban la serpiente. Y cuando lo hacían, verbalizaban que se sentían bien, porque de hecho lo estaban. Estas personas que toda la vida tuvieron miedo a las serpientes decían cosas como: «Qué hermosa que es esta serpiente«, mientras la sostenían en su regazo.
Bandura llamó a este proceso «dominio guiado«, constatando además que sucedía otro fenómeno: las personas que siguieron el proceso y tocaron a la serpiente terminaron teniendo menos miedo a otras cosas en sus vidas. Se esforzaron más, perseveraron más, y fueron más resilientes de cara al fracaso. Ganaron una confianza nueva. Y Bandura denominó a esta confianza autoeficacia: la convicción de que uno puede lograr lo que se propone.
La conclusión es que a las personas que temen no ser creativas podemos guiarlas mediante una serie de pasos, una serie de pequeńos éxitos, hasta transformar el miedo en familiaridad; hasta que el hecho de pensar y responder creativamente se convierta para ellos en un hábito.
¿Para qué sirve a tus alumnos practicar la creatividad?
La creatividad encabeza el ranking de las » habilidades del siglo XXI » o aquellas que se consideran esenciales para que los jóvenes que hoy se están formando, prosperen en las empresas a medio plazo y en el futuro. Es la principal capacidad que IBM, después de encuestar a más de 1.500 CEOs, consideró más importante para ser un CEO exitoso . Y una gran cantidad de investigaciones ha encontrado que la expresión creativa es crucial tanto para la felicidad a corto plazo como para la satisfacción a largo plazo.
En lo que respecta al día a día, si preguntas en grupos de dinámicas creativas a las personas participantes si se consideran creativas, la mayoría dice ‘no’. Pero, si por ejemplo les enfrentas a un objeto cotidiano, a algo cuya función «es lo que es«, y les preguntas ¿realmente es así? ¿Podría ser algo diferente? Simplemente la pregunta les resulta liberadora porque abre posibilidades a la elección, la promesa y el potencial.
Un ejemplo de algo que trasciende su utilidad inicial es el abanico. En España, se puede usar, además de su función como ventilador de mano, como una manera de expresar sentimientos en una conversación. Según lo rápido lo agitas, cómo lo abres y lo cierras, se puede mostrar mucha creatividad manejando una herramienta tan simple como un abanico.
Por tanto, ver las cosas de manera diferente es el núcleo de la creatividad. La creatividad nos da una elección sobre cómo definimos nuestro mundo. Es el medio por el cual podemos imaginarlo y cambiarlo . La necesidad de usar la creatividad comienza reconociendo o aceptando que hay un problema a resolver, luego intentando trascender la norma para hacer algo aún mejor. A veces eso sucede gracias a un momento «eureka«; pero más a menudo, es algo más simple, más pequeño: una búsqueda sutil pero sistemática para perfeccionar algo. Ese es el espíritu de muchos emprendedores exitosos, y entenderlo requiere creatividad.
Está comprobado que cuando las personas ganan confianza, empiezan a trabajar en las cosas realmente importantes para sus vidas (y no olvidemos que los alumnos se han matriculado en nuestra formación online porque esperan que tenga un impacto objetivo en sus vidas) Son capaces de dejar de hacer lo que han hecho siempre para ir en otras direcciones. Pueden desarrollar ideas más interesantes, muchas más ideas, y así pueden elegir las mejores. Toman mejores decisiones.
Cuanto más ejerciten tus alumnos su fuerza creativa, más fácil será para ellos crear regularmente nuevos productos y servicios que mejoren la vida de otras personas.
Maneras de ayudar a tus alumnos a impulsar su creatividad
Aunque cada uno puede ejercitarla a su manera, alcanzar el hábito de dar rienda suelta a la creatividad requiere práctica. Aquí sugerimos algunas tácticas que te resultarán útiles para animar a tus alumnos a mantener en forma su músculo creativo.
Propón habitualmente retos que resolver
Tomar la iniciativa para analizar y solucionar un problema es energizante. Le da a nuestro cerebro permiso para comenzar a explorar opciones y ángulos porque nos gusta la idea de ser los primeros en resolverlo.
Haz que expresen ideas mediante esquemas y notas visuales
Anota palabras y frases en un tablero virtual, y pídeles que asocien a ellas sus propias palabras y frases conectadas con círculos, líneas, etc., para construir una especie mapa conceptual colaborativo dentro del contexto de una tarea de aprendizaje. Esto genera nuevas ideas y ayuda a ver conexiones entre conceptos que, en apariencia, no parecen estar conectados. Es como intentar juntar las piezas de un rompecabezas: la clave es detectar dónde surgen los patrones.
Reúne un archivo colaborativo de imágenes y frases inspiradoras
Mientras más visualizamos, más material tenemos para la imaginación. Tener un archivo de inspiración realizado a base de aportaciones diarias (o con otra periodicidad) entre todos puede crear además un vínculo de grupo.
Anímales a investigar su medio ambiente de forma aleatoria
Que estemos siguiendo una formación online no significa que la única opción de hacer actividades de aprendizaje sea pasar las horas frente al ordenador. Puedes proponer a tus alumnos acudir a lugares no obvios donde encontrar inspiración para resolver problemas relacionados con lo que están aprendiendo, Lo ideal es que sean lugares donde puedan relajarse y divertirse, de forma que su mente pueda hacer conexiones más fácilmente. acuarios, galerías, paseos en bicicleta, librerías, parques, polideportivos, cines, piscina, observación de nubes…
Hazles jugar
Se trata de proponer actividades de aprendizaje basadas en juegos simples como Mix and Match, donde uno junta dos ideas completamente diferentes para crear algo nuevo; o en situaciones «¿y si?» Por ejemplo, se trata de pensar algo como ¿qué dos productos podrían reunirse por primera vez para crear uno nuevo? sin tener miedo de ser poco convencionales -al fin y al cabo, es muy posible que de este modo surgieran los teléfonos móviles con cámara-.
En resumen, ejercitar la creatividad es algo que nuestros alumnos van a necesitar con toda seguridad en su vida profesional; pero no debería ser para ellos una tarea ardua. Sentarse solo en una habitación, queriendo forzar la llegada de nuevas ideas, es improductivo y a menudo frustrante. Por eso todo lo que como profesores les podamos aportar será de gran valor para ellos. Incluyendo la motivación para que se dejen inspirar y estimular por el mundo que les rodea, aunque éste se encuentre más allá de sus dispositivos.