El Síndrome de Solomon, o de conformidad social, puede estar afectándote si la presión social o familiar te impulsa a decir y hacer cosas que no representan del todo tu voluntad
Está comprobado que la mayoría de personas muestran un miedo característico a destacar por encima de cualquiera de los miembros de un grupo, ya que ello supone una diferenciación que hace sentir vulnerable a la persona por un hipotético riesgo de envidia o exclusión implícito. Y es que entre nosotros, seres gregarios por naturaleza, existe lo que se denomina conformidad social,
Un proceso por medio del cual los miembros de un grupo social cambian sus pensamientos, decisiones y comportamientos para encajar con la opinión de la mayoría” (S. Ash).
Este comportamiento fue descrito en el año 1951 por Solomon Ash, psicólogo estadounidense que realizó un experimento sobre la conformidad, que aún hoy se cita como clásico a la hora de explicar la influencia en nuestras decisiones de la presión del grupo sobre el individuo.
El diseño experimental consistía básicamente en que Asch pedía a los participantes que respondiesen a unos problemas de percepción. Concretamente solicitaba de los sujetos que indicasen en un conjunto de tres líneas de diferente tamaño cuál de ellas se asemejaba más a una línea estándar o de prueba. Esa sencilla tarea no debería resultar difícil para una persona de capacidades intelectuales normales, sin embargo los sujetos experimentales no siempre daban la respuesta correcta.
Y es que realmente el experimento no consistía en una prueba de percepción sino que trataba de ver como la presión de grupo fuerza a variar los juicios. Las pruebas del experimento se realizaban a un grupo de unas seis u ocho personas, de las cuales solo uno era verdaderamente un sujeto experimental, ya que los demás (sin saberlo éste) eran cómplices de investigador. Durante algunos de los ensayos clínicos de las pruebas, los cómplices daban respuestas claramente erróneas, es decir, elegían de forma unánime una línea equivocada como pareja de la línea de prueba. Además emitían sus respuestas antes de que el verdadero sujeto experimental respondiera. Ante tal situación, muchos de los sujetos experimentales optaron por decir lo mismo que los cómplices del experimentador, es decir, eligieron las respuestas falsas: estuvieron de acuerdo con la respuesta equivocada el 37% de las veces. Solo el 5% de sujetos que respondieron a las mismas preguntas sin cómplices (es decir, sin presión de grupo) cometieron errores. En diferentes estudios que replicaban el anterior, el 76% de los sujetos apoyaron las respuestas falsas del grupo al menos una vez, esto es, optaron por la conformidad.
A raíz de éste y otros experimentos, ha quedado ampliamente demostrado que
En muchas situaciones de nuestra vida cotidiana seguimos normas sociales y nos conformamos (sucumbimos a la presión de grupo), aunque en nuestro fuero interno no cambiamos nuestras opiniones personales.
El Síndrome de Solomon, o de conformidad social, tiene que ver pues con el deseo de aceptación en el grupo y el miedo a ser diferente, a la crítica, a la envidia, a la exclusión, al ridículo. Esto suele suceder a quienes destacan por su talento, conocimientos, inteligencia, o valores.
Pero también se sienten presionados por el grupo quienes tienen ideas innovadoras o proyectos que se salen de lo que la sociedad podría esperar de ellos.