Actualmente, los sistemas educativos de todo el mundo afrontan el reto de entender y aprender a utilizar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) de forma óptima; con el fin de dotar a sus alumnos de aquellas herramientas y conocimientos que les permitan desarrollarse profesionalmente con éxito en los entornos innovadores del siglo XXI.
Ya en 1998, la UNESCO alertaba en su Informe Mundial sobre la Educación, que las TICs alcanzarían un profundo impacto en los métodos tradicionales de enseñanza-aprendizaje; pronosticando la significativa transformación del modo en que profesores y alumnos iban a acceder en el futuro a la información y al conocimiento.
Pues bien, ese futuro ya ha llegado, y con la generalización del uso, personal y corporativo, de las nuevas tecnologías, el énfasis de la educación y formación está cambiando desde un enfoque basado en clases magistrales y centrado en la figura del profesor , hacia una formación dentro de entornos interactivos de aprendizaje donde el protagonista es el alumno.
Aprovechando todo el potencial de las TIC·s
Para que tanto la educación formal como la formación corporativa puedan explotar al máximo los beneficios de las TICs en el proceso de motivación y aprendizaje; es esencial que tanto los futuros profesores como los que actualmente se encuentran activos sepan obtener el mayor partido todas estas herramientas y los nuevos modelos pedagógicos asociados.
Para aprovechar de manera efectiva el poder de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs), deben cumplirse esencialmente las siguientes condiciones:
• Alumnos y profesores deben tener acceso adecuado a las tecnologías digitales y a internet; ya sea en las aulas, en los centros de formación laboral y/o empresarial, o bien en los lugares que los propios alumnos escojan para su formación. Los profesores que ofrecen aprender mediante elearning pueden ayudar a aquellos colectivos que tienen conectividad limitada mediante algunas adaptaciones de su metodología de enseñanza online.
• Alumnos y profesores deben tener a su disposición o comprometerse a producir contenidos educativos y formativos en formato digital que sean significativos, de buena calidad y que tomen en cuenta tanto los objetivos de aprendizaje como la motivación y diversidad de los alumnos.
• Los profesores deben poseer las habilidades y conocimientos necesarios para ayudar a los alumnos a alcanzar altos niveles de rendimiento y aprendizaje significativo mediante el uso de los nuevos formatos, recursos y herramientas digitales tanto como de modelos de evaluación adaptados.
Más allá de manejar la tecnología
Enseñar mediante elearning, ya sea a alumnos de escuela, a jóvenes que buscan ampliar su formación o a profesionales que se reciclan, puede ser una elección de carrera satisfactoria pero desafiante. Más allá de lo obvio de estar al día sobre las contenidos educativos y formativos en formato digital que sean significativos, los profesores online del siglo XXI han de tener las características de un facilitador, un colaborador, un desarrollador de equipos y, por supuesto, un moderador.
Además,también, de conocer el contexto y las premisas que hemos apuntado en el epígrafe anterior; necesitan una variedad de habilidades, junto con el conocimiento y la experiencia para ser eficaces en el trabajo docente.
Flexibilidad
Poder adaptarse a distintos contextos y tipología de alumnos es una habilidad que todo formador debe tener, ya sea un docente moderno o no. Debemos ser capaces de adaptarnos a la forma en que nuestros alumnos aprenden, el comportamiento que exhiben en el aula, sus planes personales de aprendizaje, etc. Es un rasgo, que junto con la paciencia,siempre ha resultado imprescindible.
Adicionalmente, ser profesor en el mundo de hoy significa que debemos ser flexibles para modificar el rumbo y adaptar e integrar la didáctica con las herramientas que ahora mismo manejan los alumnos (smartphones, tablets, ordenadores),los entornos donde se mueven (redes sociales…)y la ingente cantidad de información, a menudo sin filtros, que pueden llegar a manejar (Internet).
Así, por ejemplo, los manuales y libros de texto rebosantes de información pueden seguir siendo una guía de enseñanza, pero el enfoque metodológico en el siglo XXI debe recaer fundamentalmente sobre las competencias y habilidades de los alumnos: qué hacer con esa información y cómo hacerlo.
Visión de futuro
Un profesor eficaz del siglo XXI piensa en el futuro de sus alumnos y es consciente de las oportunidades de carrera que pueden surgir para ellos desde una formación innovadora. Siempre diseña sus formaciones tratando de asegurarse no solo de que ningún alumno abandone, sino enfocándose en prepararlos para que lo aprendido constituya un cambio en su vida en el futuro.
Imaginación creativa
La herramienta más efectiva que un docente puede usar es su imaginación.
Con la eclosión de las TIC,s, las personas se ven sometidas a un bombardeo de estímulos cotidiano que hace que los tiempos de atención disminuyan notablemente. Las empresas tampoco disponen de demasiado tiempo para que sus trabajadores lo pasen enfrascados en una formación larga y pesada.
Por ello, los profesores debemos ser creativos y pensar en formas únicas a la vez que ágiles de mantener a nuestros alumnos involucrados en el aprendizaje.
Jugar en equipo
Parte de ser un maestro es poder trabajar junto con los alumnos como parte de un equipo. Cuando trabajamos en equipo, brindamos a los estudiantes una mejor oportunidad de aprender y divertirse.
Un educador eficaz del siglo XXI debe ser capaz de colaborar y trabajar bien dentro de un equipo. Pero no solo esto, sino que al mismo tiempo es imprescindible saber enseñar a nuestros alumnos las habilidades necesarias para que ellos también puedan desenvolverse con eficacia trabajando en equipo: compartir su experiencia y pericia, y comunicar y aprender de los demás es una parte importante del proceso de aprendizaje y enseñanza, así como de la vida profesional.
Dominar la curación de contenidos
En estos tiempos de sobrecarga de información, es imperativo saber encontrar, filtrar y adaptar recursos creativos e interesantes que nos ayuden a mantener a los estudiantes interesados y motivados. Esto significa buscar nuevas aplicaciones para usar, explorar eficientemente la web en busca de inspiración, suscribirse a lectores RSS y saber desenvolverse eficazmente en las redes sociales.
Involucrados en el aprendizaje continuo
Los profesores del siglo XXI no solo esperan que sus estudiantes sean aprendices de por vida, sino que también ellos quieren serlo, progresando a través de sus propios cursos de desarrollo profesional y personal.
Saben que nunca se puede aprender demasiado, y se preocupan por tomar cursos online, asistir a seminarios, talleres y cualquier formación que los mantenga actualizados y les haga mejores formadores.
Se mantienen actualizados con las nuevas tendencias educativas y las tecnología actuales y saben cómo modificar los planes de estudio de años anteriores para actualizarlos.
Saber cuándo reducir la velocidad
Ser un profesor online comprometido con el éxito de los alumnos puede resultar una labor muy exigente. Corremos el riesgo de que, ya que la tecnología se halla disponible durante las veinticuatro horas del día, nosotros también estemos continuamente alerta.
Las habilidades de un profesor del siglo XXI incluyen dominar la comunicación eficaz para saber posponer requerimientos y fijar límites; manejar herramientas de productividad para hacer más eficaz el trabajo diario, así como respetar cuándo es el momento cada día de desconectar y relajarse.
2 respuestas
Muy bueno
Gracias, Milagros, nos alegramos de que te haya gustado y resultado útil
Un saludo