¿Cómo elegimos cuando nos encontramos ante lo que a priori nos parecen dos productos idénticos? Solemos diferenciar gracias a la marca, y la elección final posiblemente tenga mucho que ver con las experiencias que hemos vivido o que nos sugiere cada marca.
Cuando no pensamos en la marca es cuando el producto que buscamos en sustituible: si vas a un bazar chino no piensas en una experiencia de marca, tu objetivo es encontrar un commodity, algo barato, y funcional. Un objeto comprado en ese tipo de canal no nos ofrecerá una experiencia sensorial o emocional, carece de una marca reconocible que le dote de valores, lugares, personalidad, imágenes, historia…
Por supuesto, como formador online, lo que ofreces no es un producto, sino un servicio, y precisamente por esto es cuando más necesario se hace que dicho servicio sea tan reconocible como insustituible. Aquí es donde entra en juego la potencia de la marca personal que en el primer artículo de esta trilogía El posicionamiento como profesor online (I): Cómo crear tu marca personal comenzamos a desarrollar.
En aquel primer capítulo esbozamos las tres fases de una estrategia de creación y gestión de marca personal:
- Autoconocimiento
- Estrategia personal
- Visibilidad
La aplicación sistemática de estas tres fases te ayudará a gestionar con eficacia tu relato personal: la historia, valores y personalidad que puedes ofrecer a quienes te busquen porque así sabrán claramnte en qué situaciones y por qué medios puedes ayudarles.
Autoconocimiento:
El autoconocimiento se trata de reflexionar internamente, percibiendo tus creencias, valores y habilidades; así como tus deblidades, miedos y carencias. Algunas preguntas pueden ayudarte en esta reflexión:
- Quién: definición de tu identidad
Deja claro que eres profesor, deja claro qué enseñas, deja claro cómo lo haces y a través de qué herramientas y plataformas. Todo eso debe quedar clarísimo en tu web, si quieres que tu posicionamiento en el mundo de la formación online sea efectivo.
Las herramientas, los recursos y las acciones van a ser diferentes en función del tipo de formación que vayas a ofrecer: quizás tu objetivo sea mostrarte como experto de una materia que te apasiona, ser un coach, entrenador o guía influyente; compartir tu conocimiento sobre algo práctico, ayudar a tus alumnos del aula presencial a poner sus ideas en orden o a ampliar conocimientos…Todas estas situaciones y más pueden ser objeto de tu estrategia, siempre y cuando tengas claro para qué realizas este esfuerzo.
- Para quién: definición del ámbito de tu posicionamiento
A veces ofrecemos de nosotros la imagen de lo que otros quieren que seamos. Tal vez por costumbre, o por lo que se ha dado en denominar síndrome de Solomón… quizás seas víctima de una imagen que no es realmente la tuya. Párate a pensar y a definir tus roles. Debes ser capaz de identificar tus fortalezas y aportaciones sociales en todos los ámbitos de la vida, y reflejarlas en tu estrategia de marketing online.
Con ello, debes dirigirte a personas concretas y adecuadas a tu propuesta de valor; y volcar ésta en tu página web y en cada uno de los elementos que utilices para tu estrategia de marketing online. Dirígete a tu «alumno ideal», es decir, aquel grupo de personas a los que tu curso puede resolver un problema o situación práctica.
Podemos llamarlo llamamos público objetivo, target, audiencia…Definirlo no es fácil, se puede caer en el error de pensar que cualquier persona puede ser tu cliente, pero tarde o temprano te darás cuenta de que eso no funciona. La clave es entender qué perfiles de personas, profesionales o empresas ayudarás con tus actividades y tus propuestas de valor, quiénes te necesitan.
Una de las herramientas que puedes utilizar para conocer a tu público objetivo son las búsquedas en Internet. Puedes encontrar estudios sobre hábitos de consumo y compra, definiciones sociológicas sobre comportamientos, y grupos de personas en torno a un núcleo de interés que te pueden decir mucho sobre ellos.
Y finalmente, tendrás que diseñar una estrategia para captar su atención. Esta puede incluir -aunque no sólo- web, blog, marketing de contenidos, publicando artículos y contenidos sobre temas que interesen a tu alumno ideal.
- Por qué: motivación y valores
Llega la hora de concretar,
Si no tienes una razón sostenible que te haga ponerte en marcha, la estrategia estará destinada al fracaso
El camino que elijas tiene que ser realmente motivador, invitarte a disfrutar de la lucha y el esfuerzo de trabajar en tu marca personal. Aunque también deberás marcar las líneas que no puedes traspasar: tu esfuerzo ha de tener unos límites personales y morales que te ayuden a responder a cada situación con coherencia y mantenerte fiel a tu estrategia en el tiempo.
Por otro lado, tu marca personal será la suma de tus valores y también del valor que logres generar en los demás, del impacto que seas capaz de dejar en su vida personal y profesional.
Los valores con los que te conduces hablan de ti y te abren puertas a personas que quieren contar contigo en su entorno y sus proyectos.
- Para qué: el objetivo que te guía como experto
Todas estas reflexiones deben servirte para establecer la meta. Ser el experto de referencia en una disciplina concreta o guiar a otros para serlo, desarrollar innovaciones que mejoren la educación y formación de personas concretas, casi todo lo que se te ocurra como profesional de la educación o de la formación, puede tener un público esperando tus aportaciones.
Y, con la ventaja de que cuanto más elevadas sean tus metas, mayor es la ayuda que podrás prestar a esas personas.
- Qué: tu oferta personal
Debes pensar ante todo en aquello que te hace relevante y útil, lo que puede hacer que tus alumnos y tu entorno se beneficien de tus cualidades. Todos tenemos algo valioso en lo que destacamos, identifícalo entre tu formación, experiencia y habilidades.
Para ello puedes hacer:
a) Un inventario de tus competencias.
b) Un mapa mental de lo que sabes y dónde sueles utilizarlo
c) Un listado de situaciones, lugares o ideas para las que podrían ser útiles tus conocimientos y competencias
A partir de este autoconocimiento, hay que actuar:
Estrategia:
El diseño de una estrategia de marca consiste en trazar el camino a seguir, definir el mensaje a transmitir y elaborar un plan de acción. Para ello, es importante que tengas encuenta estos pasos:
1. Segmentar tu público objetivo:
En la fase de autoconocimiento, ya reflexionaste sobre las personas a las que te vas a dirigir, tu alumno ideal. Sin embargo, cada persona tiene necesidades distintas; un curso que trate de satisfacer a un colectivo demasiado amplio puede terminar siendo muy exigente para algunos y algo flojo para otros. Por esa razón, el primer paso para posicionar tu marca es identificar los segmentos existentes entre tus alumnos objetivo para luego seleccionar el más ajustado a aquello que piensas ofrecer.
La segmentación consiste en agrupar a los potenciales consumidores en grupos que claramente se diferencien unos de otros pero que muestren cierto grado de homogeneidad (por sus preferencias o sus necesidades) dentro del grupo.
2. Conocer a fondo las necesidades de tus alumnos.
En ello está la clave del éxito. Ten en cuenta que las personas que buscan formación, casi siempre quieren resolver un problema práctico o profesional. Del mismo modo, si estamos hablando de posicionarte como profesional de la enseñanza reglada que quiere ofrecer a sus alumnos un modo motivador y significativo de ampliar su aprendizaje; estarás resolviéndoles su necesidad de entender, de satisfacer su curiosidad o de profundizar… Si sabemos cubrir esas necesidades de forma lo más personalizada posible, tendremos alumnos fieles que además contarán su experiencia.
Por eso es importante que sepas convertir tus competencias técnicas (qué conocimientos tienes, qué metodología aplicas…) en beneficios concretos para el alumno.
3. Seleccionar el atributo diferencial por el quieres ser reconocido.
Debes tener claro el concepto que hace única tu marca. Tu marca representa unos valores que ya has definido y que debes transmitir, adaptándolos a las demandas y prioridades de tu público objetivo.
4. Configura tu oferta.
Pregúntate: ¿por qué una persona va a pagar por mi curso? ¿Por qué va a pensar que debe matricularse?¿qué gana con ello? Ponte en su piel para contestar sinceramente, y, cuando lo tengas claro, lanza un primer enfoque, que después podrás ir ajustando con el feedback de los alumnos que ya han superados tus formaciones.
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