Enseñar y aprender son dos procesos fuertemente vinculados a factores sociales y conductuales relacionados con la motivación, la interacción entre personas y la comunicación; independientemente de la materia que impartamos, la edad o situación de los alumnos. Es por ello que la Psicología, además de las investigaciones sociológicas y de mercado, también puede aportarnos claves para conseguir un diseño instruccional en e-learning eficaz, adecuado para impulsar a los alumnos a conseguir los objetivos del curso
Desde este prisma multidisciplinar, apoyándonos en los principios de formulación de objetivos guiados por el modelo SMART, en la Teoría del establecimiento de metas de Locke y Latham, y en la Teoría del progreso de Amabile y Kramer; recogemos algunos consejos sobre cómo conducir a tus alumnos a un rendimiento satisfactorio en tus cursos online, a través de una adecuada gestión de objetivos y expectativas
Ayudando a los alumnos a implicarse con sus metas
A finales de la década de 1960, la investigación pionera de Locke sobre el establecimiento de objetivos y la motivación demostró que los objetivos claros y el feedback adecuado motivan a las personas que se encuentran inmersas en un proyecto y mejoran su rendimiento.
Locke descubrió que, en el 90 por ciento de los casos, los objetivos específicos y suficientemente desafiantes conducían a un rendimiento más alto que los objetivos fáciles o las consignas tipo «haz lo mejor que puedas». Las metas difíciles son más motivadoras que las fáciles, porque se siente más como un gran logro obtener algo por lo que has trabajado duro.
Qué hacer con tus alumnos para motivarles a implicarse
- Decirle a tu alumno que lo «intente con fuerza» o «haga lo mejor que pueda» es menos efectivo que decir «intenta obtener más del 80 por ciento de respuestas acertadas» o «concéntrate en superar tu mejor marca».
- Del mismo modo, tener un objetivo que es demasiado fácil no es motivador, así es que sé específico y desafiante al establecer los objetivos o hitos parciales del curso.
- Ahora ya sabes (siguiendo el modelo SMART), que los objetivos, además de específicos, deben ser medibles. Aclara a tus alumnos en distintos momentos apropiados del curso (no sólo al principio o al final) cómo se va a medir y evaluar el logro de sus objetivos, ya que esto es en lo que se va a traducir el aprendizaje logrado. Asegúrate de ofrecerles unas métricas entendibles y de responder sus dudas al respecto.
Ayudando a los alumnos a progresar en su camino
Investigaciones recientes han demostrado que la sensación de progreso constante en forma de «pequeñas ganancias» puede impulsar la motivación y el rendimiento de las personas implicadas en un trabajo.
La profesora Teresa Amabile y Steven Kramer describieron en detalle su estudio sobre cómo el progreso puede impulsar el rendimiento en el libro «The Progress Principle» (2011). En su investigación, pidieron a 238 personas (de 26 equipos de proyectos en siete organizaciones principales) que llevaran un diario anónimo de sus experiencias. Recibieron más de 12,000 entradas diarias separadas, que usaron para analizar la «vida interior profesional» de las personas, sus percepciones, emociones y niveles de motivación, explorando cómo esto afectó su desempeño.
Descubrieron que cuando las personas avanzan de forma constante, aunque sea en pequeños pasos, en proyectos significativos; son más creativos, productivos y comprometidos: además sus relaciones mejoran. Esto, a su vez, tiene una influencia positiva en su desempeño profesional.
Por otro lado, hace tiempo que se conoce la relación sutil entre la presión y el rendimiento:
Cuando las personas que deben desarrollar una tarea experimentan la cantidad correcta de presión, hacen su mejor trabajo; sin embargo, si hay demasiada o muy poca presión, el rendimiento puede descender.
Esta relación entre nivel de activación o ansiedad, dificultad de la tarea, y eficiencia o rendimiento, se conoce como Ley Yerkes-Dodson, se explica con un modelo de U invertida, y fue descrita por sus autores en 1908 a raíz de un estudio clásico sobre los efectos de la motivación en el aprendizaje discriminativo.
Primero trabajaron con animales y después con personas. Tanto con unos como con otros comprobaron que siempre hay un nivel óptimo de motivación. En todos los niveles de dificultad, el rendimiento mejora hasta un punto de motivación y después empeora (modelo de U invertida). Este grado de motivación es más débil cuanto más difícil es la tarea.
En definitiva, existe un nivel óptimo de presión para cada tarea en el que las personas rinden al máximo. Demasiada o muy poca presión puede reducir el rendimiento. El equilibrio reside en el diseño de las tareas y también en la personalidad de los participantes.
Qué hacer con tus alumnos para impulsarles a progresar
- Trata de proporcionar a tus alumnos, tanto individualmente como en equipo, prácticas a medida que avanza el curso, que consistan en tareas y proyectos de un nivel adecuado de complejidad.
- Mantén contacto con los alumnos para conocer su personalidad y su grado de ajuste al curso. Trabaja para generar autoconfianza en personas que lo necesiten.
- Establece un sistema de tutorías individuales regulares tanto para solucionar posibles dudas o desbordamientos, como para ofrecer un feedback adecuado sobe el progreso de cada alumno.
- Habilita foros donde los alumnos puedan compartir sus experiencias, avances, o inquietudes y ayudarse entre sí
- Piensa en diseñar un sistema de recompensas individuales (insignias) para premiar los avances; o incluso en establecer tareas de competencia amistosa entre equipos de alumnos para estimular la participación y el espíritu de mejora
Ayudando a los alumnos a valorar su aprendizaje
El significado que los alumnos puedan darle a lo aprendido en un curso, y por tanto las posibilidades de satisfacción con el mismo y transferencia de aprendizaje, depende de que consigamos hacer una interpretación clara, adecuada e imparcial de la evaluación de resultados parciales y generales.
Las puntuaciones obtenidas en una evaluación determinada deberán utilizarse solo con el objetivo para el que dicha evaluación fue diseñada. Por ejemplo, las pruebas o tests ideados para clasificar a los alumnos en un proyecto o tarea de equipo pueden ser válidos, imparciales y útiles para ese propósito, pero esa misma prueba o test probablemente resulte engañosa a la hora de determinar las fortalezas y puntos débiles de cada alumno individual en lo que respecta al dominio de un material o área de conocimiento específica.
Qué hacer con tus alumnos para una evaluación del curso satisfactoria
- Un diseño e-learning eficaz debe estar orientado a la adquisición de aprendizaje significativo y la satisfacción del alumno con los objetivos conseguidos. Para que tanto los alumnos como el profesor podáis ser conscientes del grado de consecución de los aprendizajes planeados, es fundamental incluir en el curso un sistema de evaluación adecuado.
- El sistema de evaluación debe ser conocido por todos los alumnos, e incorporar criterios claros e indicadores de rendimiento comprensibles e imparciales. Como profesor, debes ser capaz de resolver cualquier duda que los alumnos puedan plantearte respecto al sistema de evaluación.
- El sistema de evaluación debe ser relevante tanto para los objetivos del programa del curso, como para las expectativas de todos y cada uno de los alumnos (con independencia de su procedencia o circunstancias) por lo que de nuevo insistimos en la necesidad de conocer a tus alumnos a la hora de diseñar los cursos y, en este caso, el sistema de evaluación de los mismos.