Según estudios de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (IUT) en 2016, el 95 por ciento de la población mundial vive en áreas cubiertas solo por redes móviles 2G básicas. En una red 2G, puede llevar casi 30 minutos descargar incluso una aplicación muy simple ¡Imagina lo costoso que puede ser visionar un vídeo tras otro para quien tenga que pagar el acceso a la red móvil por minuto!
En gran parte del mundo occidental, el acceso a Internet de alta velocidad es casi omnipresente. Es fácil dar por sentado que todos tendremos una buena conexión de wifi donde quiera que estemos y cuando lo necesitemos.
Sin embargo, la realidad es que en muchas regiones del mundo, el acceso a Internet de alta velocidad es raro o inexistente. En extensas partes de África, Asia y América del Sur, por ejemplo, la conectividad a Internet depende por completo de las redes móviles. Incluso en los Estados Unidos, donde el acceso a Internet de alta velocidad es bastante común, todavía hay grandes grupos de comunidades de bajo ancho de banda que dependen totalmente de las redes móviles para su acceso a Internet.
Hasta en áreas mejor atendidas por los proveedores de Internet de alta velocidad, los problemas de ancho de banda son comunes para personas como pequeños minoristas, autónomos sin oficina, o estudiantes, todos ellos pueden tener problemas con las conexiones móviles o Wi-Fi inestables.
¿Qué significa esto para los desarrolladores de cursos virtuales? Piensa que si la mayoría de la población mundial solo tiene acceso a redes móviles 2G, y muchas más personas tienen acceso limitado o poco confiable a internet, hay bastantes probabilidades de que al menos algunos de tus alumnos simplemente no puedan atender el formato de e-learning en el que estás trabajando tan duro. Significa, entonces, que estás perdiendo la posibilidad de que tus cursos lleguen a gran parte de la población que, de otra manera, podrían estar interesados en formarse contigo.
Las personas con un bajo ancho de banda de Internet no son el único tipo de desafío de accesibilidad al que nos enfrentamos al diseñar e-learning. Pero hay algunas medidas relativamente simples que puedes tomar para enfrentar este inconveniente y evitar así una posible pérdida de oportunidades. Aquí señalamos algunos consejos útiles:
Segmenta a tus alumnos
Uno de los fundamentos de una buena práctica en formación online es conocer a tu audiencia antes de comenzar a diseñar cualquier curso. ¿Quienes son? ¿Dónde están?¿Cómo es su ambiente de trabajo? ¿Qué tipo de dispositivos usan para acceder a los cursos virtuales? Estas son preguntas críticas que puedes hacer para identificar a posibles alumnos con un problema de ancho de banda actual o potencial.
¿Te preguntas cómo saber si tus alumnos tienen problemas de ancho de banda? Sugiéreles verificar su velocidad de conexión usando herramientas gratuitas como Speedtest o Measurement Lab.
Y una vez que sepas quiénes son y sus limitaciones, puedes desarrollar las estrategias de diseño instruccional apropiadas para atenderlos: versiones reducidas de cada curso, o cursos específicos para cada segmento, por ejemplo.
Ofrece microlearning
Aunque el microlearning es un enfoque de e-learning específico, diseñado para conseguir un resultado de aprendizaje concreto en un contexto determinado; podemos también usarlo puntualmente para dividir las lecciones o áreas de conocimiento más grandes de un curso en fragmentos más pequeños que apoyen la comprensión y retención de información a la vez que favorezcan el seguimiento de los alumnos desde el punto de vista tecnológico.
Desglosar cursos más grandes en paquetes más pequeños los hace más rápidos de cargar en dispositivos móviles, especialmente a través de conexiones de datos medidos.
Prepara versiones ligeras
Considera una versión reducida en podcast
En ocasiones nos obsesionamos con la idea de crear cursos de e-learning muy completos y basados en diapositivas, y esto puede ser interesante para algunos alumnos, pero no tanto para otros que lo que realmente necesitan de nosotros es un contenido de aprendizaje más accesible que puedan consumir sobre la marcha. Un curso sintético de solo audio publicado en podcast puede ser una gran alternativa para estos estudiantes. Los archivos de audio resultantes ocupan una pequeña fracción del tamaño de un archivo de vídeo de alta definición y pueden ser una forma atractiva de aprender mientras conducen, viajan o hacen deporte diariamente.
Ten disponible una versión del contenido en PDF
Todos alguna vez hemos disfrutado de un buen libro: el texto bien redactado y estructurado puede ser también una forma atractiva de aprender. Si queremos encontrar una forma ligera de llegar a todos, podemos proporcionar un PDF ágil y bien escrito con los contenidos principales y enlaces complementarios para que los alumnos puedan visitarlos más tarde; que se descargue rápidamente y que los alumnos puedan revisar desde su dispositivo móvil.
Utiliza el video inteligentemente
El contenido en video es tendencia, rico, atractivo y muy práctico para consumir en un dispositivo móvil. Pero si se trata de lugares con una conexión a Internet inestable, o alguien que solo puede confíar en una red móvil para conectarse, esperar a que un video se almacene en el búfer puede ser una auténtica agonía. Puedes evitarles una experiencia negativa a tus alumnos siguiendo estas pautas:
- Si no te planteas dividir tus cursos en paquetes más pequeños, al menos siempre puedes dividir tus videos. Intenta obtener videos lo más cortos posible (de dos a tres minutos como máximo). También puedes alternar este contenido con imágenes, gráficos, infografías o GIFs animados.
- Para cursos multimedia, puede ser buena idea sacrificar algo de calidad para ahorrar ancho de banda. Algunos aspectos a tener en cuenta incluyen comprimir el video y bajar la calidad del audio o la imagen. Estas tácticas no van a tener demasiado impacto en el interés del alumno por el contenido, mientras que ayudarán a reducir la demanda en el dispositivo y el tráfico de datos en conexión a Internet del alumno.
- Por último, considera siempre externalizar el alojamiento de tus videos a YouTube o Vimeo independientemente de la plataforma que utilices para el desarrollo de tus cursos; ya que así mantienes éstos livianos, y los hosts de video suelen hacer un buen trabajo al equilibrar la calidad con el ancho de banda.
Fomenta la visualización sin conexión
En la mayoría de las herramientas de autor, es posible publicar los cursos para la web y luego enviar a los alumnos un enlace con el fin de que vean el curso a través de su navegador y guardar el material en sus dispositivos móviles para verlo sin conexión. Sin embargo, con este enfoque no será posible rastrear el progreso del alumno ni las puntuaciones.
No hay problema: las herramientas de autor también permiten empaquetar los contenidos del curso en formato SCORM, con el fin de implementarlos después en una plataforma LMS, que permitirá mayores posibilidades de participación, evaluación y soporte a los alumnos; disponiendo así de dos versiones distintas de cada curso realizadas a partir del mismo material.