En 2017 se contabilizaron más de dos mil millones de usuarios habituales de redes sociales. Para 2020, se estima que ese número aumentará hasta casi tres mil millones. A pesar de la magnitud de estos datos, no resultan sorprendentes si tomamos conciencia de que las redes sociales se han convertido en una parte integral de la vida cotidiana de las personas, a la que solemos dedicar una media de dos horas por día.
La mayoría de los profesionales de la formación online no podemos ni soñar con un nivel tan enorme de captación de usuarios y compromiso con los cursos como el que se da entre las plataformas sociales y sus usuarios. Sin embargo, analizando qué es lo que hacen las redes sociales para impulsar la participación del usuario de manera tan efectiva, es posible extraer algunas ideas que se pueden aplicar en nuestras plataformas de aprendizaje online para acercarnos al mayor nivel de implicación posible por parte de nuestros alumnos, actuales y potenciales.
El éxito de las redes sociales se debe a que satisfacen, y a la vez explotan, las necesidades sociales humanas universales de comunicación, aprobación y pertenencia. Si bien los cursos de aprendizaje online pueden y deben ir más allá que las redes sociales en cuanto a evitar la superficialidad e incluso falsedad en la que a veces incurren ciertas informaciones vertidas en ellas; el aprendizaje social tiene el indudable poder de reforzar el compromiso del usuario.
Veamos aquellas facetas de las redes sociales que podemos replicar en nuestras formaciones:
Omnipresencia en todos los dispositivos
A día de hoy, casi todo el mundo tiene un smartphone. De hecho, el número de usuarios de teléfonos inteligentes se asemeja mucho a la cantidad de usuarios de redes sociales, con 2.300 millones en todo el mundo en 2017, llegando a 2.900 millones previstos en 2020. Esta similitud no es una coincidencia, ya que la disponibilidad para obtener soluciones rápidas de búsqueda y, sobre todo, conexión con medios sociales, forma parte fundamental de su popularidad. Mientras más joven sea la generación, más tiempo y recursos emplea en teléfonos inteligentes en lugar de ordenadores tradicionales.
¿Qué te hace pensar que los consumidores de aprendizaje van a ser diferentes en este sentido? Dado el tiempo limitado disponible para el empleado o el alumno moderno, es casi imposible que encuentren siempre la oportunidad para sentarse ante una pantalla de escritorio y realizar una capacitación de una hora (o más) de duración. Sin embargo, cuando ese aprendizaje se hace modular y es fácilmente accesible desde el dispositivo que los estudiantes llevan consigo todo el día, están mucho más inclinados a dedicarle su atención.
Las aplicaciones de aprendizaje móvil pueden proporcionar un acceso instantáneo a los cursos, de una manera no invasiva, a través de plataformas que se pueden actualizar fácilmente: ¿nuevo curso cargado? Simplemente se envía una notificación al teléfono del usuario (quien previamente lo ha autorizado) y éste puede acceder a la formación con un click. Es un ejemplo de funcionalidad que deja de manifiesto la similitud con las notificaciones que acostumbramos a recibir por parte de las redes sociales cuando hay novedades en nuestras preferencias; cuyo propósito es mantenernos conectados e interactuando la mayor parte del tiempo posible.
No obstante, conviene recordar que hacer que el contenido esté fácilmente disponible o en microcápsulas no significa necesariamente que lleve a un aprendizaje efectivo. Será siempre necesario tomar en cuenta los principios de un buen diseño de microaprendizaje.
Contenido interesante, relevante y curado
Todos los días, se publican y comparten en las redes sociales miles de millones de noticias, entradas de blogs, fotos y videos. Facebook es una plataforma líder en distribución de noticias tanto como contenido generado por sus usuarios enormemente convincente, ya que más de mil millones de usuarios acceden al sitio diariamente.
¿Qué es lo que hace que las personas vuelvan una y otra vez a esa plataforma social? Sin duda, se debe en gran medida a los refinados algoritmos que se encargan de clasificar contenido tras contenido en busca de la atención de sus usuarios. Estas fórmulas complejas consiguen que Facebook proporcione a cada persona el último feed de noticias personalizado según sus intereses.
Tal nivel de personalización, que se está volviendo evidente en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, también es algo que se puede aplicar en nuestro elearning utilizando un LMS que explote la analítica de datos de los alumnos, de forma que cada uno de ellos pueda obtener distintas recompensas según el compromiso del usuario, itinerarios personalizados en base a funcionalidades de aprendizaje adaptativo y contenido relevante que interese a todos y cada uno.
Por supuesto, esto solo funcionará si nuestro contenido tiene la calidad necesaria. De hecho, en otras ocasiones hemos hablado sobre las habilidades de curación de contenidos que necesita un profesor online. El contenido en sí mismo debe ser relevante y atractivo, y generar una conversación con los alumnos que incluso continúe durante semanas después de que se haya completado el aprendizaje.
Sentido de pertenencia y valoración
No solamente los algoritmos son la clave que hace que conectarse a las redes sociales resulte incluso adictivo. La clave está en su propia esencia, el aspecto social que colma la necesidad humana de pertenencia a un grupo y de ser escuchados y valorados dentro del mismo. Así, las funciones para compartir y las posibilidad de pertenecer a grupos específicos, aportar valoraciones y crear colecciones; generan una sensación de inmersión en un contenido hecho a medida del usuario.
Ya sea un restaurante, un artículo o una pieza de aprendizaje, disfrutamos del seguimiento de las recomendaciones de nuestros amigos, y a la vez nos gusta recomendar y que nos sigan por ello. En otras palabras, es bastante más probable que alguien que llega a nuestra oferta de formación online por primera vez, se anime a realizar un curso antes por recomendación de un amigo que solo por la descripción que facilitemos.
La reputación social a través de prescriptores de confianza se convierte entonces en una parte importante de cualquier plataforma de aprendizaje moderna, que debe ofrecer a los usuarios la oportunidad de expresarse y promocionar el contenido que les interesó, les resultó útil o les tocó la fibra sensible.
También, por los mismos motivos., se hace imprescindible poner a disposición de los estudiantes un espacio social para conectarse entre ellos que les permita construir una comunidad, compartiendo sus opiniones y dificultades. Haciendo que el alumno se sienta parte de una comunidad con un objetivo común, esa comunidad seguirá creciendo.
Curiosidad
Al contrario de lo que se cree, las personas muy raramente pasan horas seguidas delante de una pantalla conectadas a las redes sociales. Por ejemplo, los usuarios pasan solamente 50 minutos de media por día en Facebook. Lo que hace a los usuarios acceder a sus redes sociales es el impulso de comprobar rápidamente qué sucede cuando sienten esa vibración familiar en el teléfono o ven que aparece una notificación emergente. La curiosidad es casi irresistible, y el aprendizaje online puede aprovechar ese impulso.
Una plataforma LMS que utilice analítica de datos, puede personalizar el contenido y las notificaciones para fomentar la curiosidad los alumnos, invitarlos a regresar, recomendar vías de aprendizaje y recordarles sus avances con frecuencia. Ello aumentará la autonomía y el compromiso del estudiante, lo que, al final, es nuestro mayor objetivo: desarrollar las capacidades y habilidades de los alumnos a través de la automotivación.
Las redes sociales han adquirido una influencia descomunal en nuestra vida cotidiana. El aprendizaje continuo también es una preocupación de la mayoría de jóvenes y profesionales. En consecuencia, las tecnologías de aprendizaje y las técnicas de diseño instruccional pueden aumentar la potencialidad de un curso para interesar a más alumnos, al analizar y replicar algunas de las tendencias e ideas que hacen de las plataformas sociales casi una adicción.